SINOPSIS
España, año 2015. El Gobierno de concentración que se forma tras las elecciones anticipadas no puede combatir los graves problemas del país, sumido en una profunda crisis desde hace años, y que se encuentra al borde del colapso. La Troika ha expulsado a Grecia de la Unión Europea y firmado la sentencia de muerte de Portugal, con España e Italia en su punto de mira. El país avanza hacia el caos más absoluto y la sociedad, harta de corrupción, recortes y estrecheces, está a punto de explotar. En medio de esta convulsa situación económica, política y social llega un nuevo caso a manos de la Policía Nacional: la desaparición de Álvaro Sarmiento, un antiguo político reconvertido a banquero sin escrúpulos, imputado por varios casos de estafa y malversación de fondos. La investigación se le asigna a la inspectora Sonia Murillo y al subinspector Andrés Solsona, dos policías que se verán envueltos en una complicada trama que les deparará muchas sorpresas. Banqueros estafadores, políticos corruptos adictos al sexo duro, financieros especuladores y otros especímenes similares están en el punto de mira de un justiciero diferente. Un hombre sin futuro que, ante las adversas circunstancias en las que se encuentra la sociedad española, decide cambiar las cosas a su manera utilizando el poder de las redes sociales.
Nunca es fácil afrontar una segunda lectura de un autor
cuando la primera le te dejó muy buen sabor de boca. Se tiende a buscar lo que
en esa primera y, en muchos casos a no encontrarlo, y eso repercute
negativamente en la valoración general de la lectura.
Quizás eso haya sido, en parte, lo que me ha sucedido con Caos absoluto de Armando Rodera después de leer su El color de la maldad que tanto me convenció y donde dejó el listón
muy alto en el mundo de la autoedición, tanto, que esa novela en breve será traducida
al inglés y publicada en EEUU en papel; de nuevo, todo un éxito del que todos
nos tenemos que sentir orgullosos.
Caos absoluto es
una novela negra por definición al tener un marcado componente social y
como no, personajes más que perdedores que se ven inmensos en esa trama de la
que no parecen poder salir mi siquiera a trompicones.
Caos absoluto es
una novela ambiciosa en su argumentación y bastante novedosa en el tratamiento de algunos escenarios a los que,
seguro, en un futuro muy breve, nos tendremos que ir acostumbrando. Pero
también es una novela que podía contarse de otra forma y ser más eficaz, más
creíble en algunos momentos.
Pero vayamos por partes.
Ambiciosa al tomar como escenario uno muy próximo en el
tiempo y haciendo realidad-ficción al suponer que la maldita crisis que nos
toca vivir se desborda hasta límites insospechados y un salvador-vengador puede
llegar a provocar tanto a las masas que las manifestaciones y consecuencias del
15M se quedaran pequeñas haciendo saltar al Gobierno (y un apunte curioso,
liderado por una mujer).
Novedoso en cuanto a la utilización de las redes sociales,
en concreto de Twitter, para ejercer de viral de propagación mediante crónica
del salvador-vengador en un blog.
Pero todo ello ha provocado, a mi entender, diversas
anomalías que han hecho que mi satisfacción no fuera igual que en mi primera
lectura.
Y me explico.
Es poco creíble que a 2015 el Gobierno de España esté
liderado por una mujer (oye, que sería la leche). Creo que hubiera sido mejor
para la credibilidad de la historia tomar algo más de tiempo o no cambiar tanto
en ese sentido las cosas.
Las intenciones de Armando son muy buenas, y está claro
que es un autor comprometido con la causa y que, casi seguro, salió el 15M a
manifestarse por las calles, pero creo que no acierta a la hora de transmitir
sus argumentaciones al lector al utilizar en primera instancia a dos policías
que parecen tener un master en económicas. Son ellos los que nos ponen en
antecedentes del momento en el que se encuentra la situación de la historia
haciendo unas explicaciones que ni en los debates de la TV. Quizás hubiera sido
mejor que el narrador hubiera tomado ese papel.
También el salvador-vengador hace unas explicaciones de
alto volado, aunque aquí podría ser más comprensible, pero la extensión de sus
escritos en el blog ralentizan el ritmo de la historia. Se podría explicar lo
mismo sin ese recurso y ser más explosivo.
Y ya para cerrar las argumentaciones negativas, dos
apuntes más: el Twitter, novedoso a la vez que un lastre para el ritmo al
exponernos demasiados mensajes, que sí, explican el momento que se vive en la
red, pero que con la mitad hubiera tenido el mismo efecto. Y, ahora sí, para
acabar, el mayor problema de todos a mi entender: la macro trama se ha comido a
los personajes no dejándoles sitio para crecer atareados como estaban por
explicar al lector todas las argumentaciones, todos los mensajes que el autor
nos quería hacer llegar, en definitiva, el motivo por el que escribió la novela.
¿Y ahora qué?
Pues ahora toca leer, que nadie ha dicho que no me haya
gustado.
Gustar, me ha gustado, pero creo que, a mí, con algunos
retoques más, me hubiera encantado, ya que la intención del autor es muy buena,
los personajes hubieran podido dar juego y crear serie, el salvador-vengador
con su blog me gusta como concepto y sus actuaciones no están mal, de nuevo con
sexo en grupo incluido (las 50 sombras han hecho mucho daño), y lo más
destacable y por ello sigo confiando plenamente en el autor, cuando se quita
los lastres de encima hace que la historia fluya y no quieras dejar de leer.
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